jueves, 14 de octubre de 2010

Mejor de menos que de más

Hoy quisiera comentar que denominador común intento que tengan mis platos. Si bien dentro del recetario, cada forma de cocción es distinta, yo procuro que en todas mis recetas haya siempre tres pecados por defecto que no por exceso.
Y son:
1. Poca grasa
2. Poca sal
3. Poca candela
Con esto se consigue una cocina más saludable y sabrosa.
1. Un exceso de grasa (aceite, manteca, etc) solo ayudará a aumentar las calorías de nuestros platos y además puede enmascarar el auténtico sabor del resto de ingredientes. Yo no soy partidaria de utilizar manteca, siempre utilizo aceite de oliva, algo muy común en la cocina mediterránea y española. Sin embargo, para freir prefiero un aceite de sabor menos fuerte y que además aguante mejor las altas temperaturas como puede ser el aceite de semillas o girasol.

2. Un exceso de sal, además de estropear la mejor de las recetas, no es nada recomendable desde el punto de vista de cuidar la salud. La sal favorece la retención de líquidos, la hipertensión y la aparición de enfermedades cardiovasculares. Por ello mejor utilizar la menor cantidad posible. Si estamos acostumbrados a tomar la comida más bien salada al principio puede parecer que los platos están sosos pero el paladar se acostumbra facilmente así que tras unas semanas no notaremos la diferencia. Además tenemos muchas posibilidades en el abanico de ingredientes para disminuir la cantidad de sal y obtener platos sabrosos como son las especias, los cítricos, etc.

3. Los alimentos, sobretodo las verduras y hortalizas, cuanto menos cocción tengan mejor. Se trata de no dejar los alimentos crudos (se facilita la digestión y se eliminan posibles bacterias) y nunca de chamuscar o quemar aquello que vayamos a comer. Con un exceso de cocción haremos que el sabor de los ingredientes no se aprecie, estropearemos la presentación (puesto que los alimentos pierden su color) y no tengamos texturas en el plato puesto que el calor hará que la comida se ablande considerablemente. Lo ideal, salvo para ocasiones contadas que así lo requieran (ligar una salsa, confitar, guisar, etc) es calentar previamente la sartén antes de incorporar los alimentos y mantener un nivel de calor elevado para que así se cocinen los ingredientes en menor tiempo.
Espero que os haya sido de interés y de utilidad mi explicación.

2 comentarios:

  1. Tía Militona, saludos.

    Enhorabuena por la entrada al blog. Y aportando algunas ideas como serían las de aprender a usar el microondas, un perfecto desconocido. En verduras un descubrimientos, de verdad, pruébalo. Otra cosilla es que como bien dices no hay que quemar o chamuscar NADA en la cocina ya que aparecen los temidos benzopirenos. Por cierto, el aceite de oliva es mejor que el de girasol en cuestión de temperaturas. Por último es comentarte un estudio en el que hicieron con tres muestras de zanahoria: cruda, cruda masticada y cocida y... ¿¿¿¿¿adivina cual tenía más vitamina A????? La ccccc................cocida. Y la explicación es que al ablandar la verdura conseguían sacar más porcentaje de vitaminas. Curioso, ¿no?

    Bueno, seguiré con mayor frecuencia tu blog y a ver cuando nos vemos.

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  2. Interesante comentario. Por cierto, con el tomate pasa algo parecido que con la zanahoria. Cuando se cocinan aumenta el licopeno y los antioxidantes. Gracias por escribir.

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